ANALISIS, DATOS E INFORMACIONES GENERALES
SOBRE LA DEUDA EXTERNA DE REPUBLICA DOMINICANA.

Ramón Barros
Edictor Económico.


Recomendamos al lector, primero leer el documento económico (pdf), este le creara una idea de la economía global Pulse aquí .

La deuda externa dominicana está compuesta por la deuda oficial y la privada. A su vez, la deuda oficial contabiliza el endeudamiento multilateral y bilateral, mientras que la privada refleja el endeudamiento con la banca comercial.

La deuda publica externa global al final del 2004 andará por los: US$ 7,580 Millones.

La deuda publica interna al final del 2004 estará por los: RD$ 27,263 Millones.

Los análisis y comentarios económicos están organizados por fechas, por ej. la deuda publica externa del gobierno actualizada no es de US$4,137 millones, esa cantidad es del año 1999/2000 , cálculos extraoficiales la sitúan entre US$ 6,500 y 6,900 millones.

Algunos entendidos en economía con datos no muy precisos pues el equipo económico del gobierno adultera los valores reales y por tanto no son creíbles.

Según el economista Juan Temístocles Montás contestándole a la irresponsable e inepta Dra. Ortiz Bosch dice: A la hora de hablar sobre Leonel Fernández, la Dra. Ortiz Bosch debería tener presente que la deuda publica dominicana representará el próximo año el 49.3% del PIB. Según el FMI, a finales del 2004, la deuda externa de República Dominicana ascenderá a 5 mil 880 millones de dólares que representará el 35.6%  del PIB, casi el doble del año 2000, mientras que la interna se situaría en 2 mil 263 millones de dólares, equivalente al 13.7%  del PIB. Significa que el próximo año cada dominicano deberá a los acreedores internacionales y nacionales 947 dólares, unos 33 mil 140 pesos, lo que representa un incremento de 347 dólares con relación al 2000. Y esto es obra del equipo Hipólito-Milagros.
 

El empobrecimiento de los dominicanos 

Julio Ortega Tous    j.ortega@codetel.net.do

economista dominicano y ex director de ONAPLAN 

Los dominicanos somos hoy mucho más pobres que hace seis meses. Los devastadores efectos de la crisis financiera y la devaluación del peso del primer semestre del 2003, han reducido el poder de compra de todos los consumidores de forma dramática. El efecto en los precios del desplome del tipo de cambio de 18 pesos por dólar a unos 36 pesos dólar, la incertidumbre para los comerciantes e inversionistas que producido una masiva fuga de capitales y el manejo irresponsable y politiquero de la crisis financiera del segundo semestre del 2003 han arrasado con el poder de compra de todas las capas sociales dominicanas. Los ricos, son menos ricos, la clase media se hunde cada vez más en la pobreza y ve reducido su nivel de consumo y, los pobres y muy pobres, sólo tienen ante sí un panorama de hambre, desesperanza y sufrimientos mayores.

La forma más dramática de manifestarse ese empobrecimiento de todos los dominicanos es la inflación. Oficialmente, según el Banco Central que ha visto perder mucho su credibilidad por la politización y manipulación de sus intervenciones en esta crisis, el Índice de Precios al Consumidor para el mes de mayo se había incrementado en 12 meses hasta un nivel de 20%. Desde el año 1990 los dominicanos no conocen una inflación tan elevada. Según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el nivel de inflación para todo el 2003 alcanzará un 25%, cifra que puede considerarse conservadora, tomando en cuenta el dato señalado para los primeros cinco meses. Sin embargo, donde más dramático es el desplome del poder adquisitivo y de consumo de todos los dominicanos, es en el ingreso por habitante. Según las informaciones disponibles, el Producto Interno Bruto (PIB) a precios corrientes cerró en el 2002 a un nivel de 412,000 millones de pesos. Calculados a una tasa promedio para el año pasado de 18 pesos por dólar, el ingreso por habitante en 2002 fue de unos 2,900 dólares y un PIB bruto de 22,800 millones de dólares.

Asumiendo que este año los precios sólo se eleven en el 25% estimado por el FMI y que el PIB ni crezca ni se reduzca, es decir un crecimiento del PIB de 0%, el PIB nominal a fin del 2003 será de 515,000 millones de pesos. Calculados a la tasa estimada también por el FMI de 35.9 pesos por dólar a fin de año, el PIB nominal en dólares se habrá reducido a 14,350 millones de dólares, para una caída de la riqueza global de la sociedad dominicana medida en términos de dólares del 27%. La sociedad dominicana es 27% más pobre en el 2003 que respecto al 2002, gracias a las políticas económicas y monetarias aplicadas por el gobierno y las autoridades monetarias. El ingreso por habitante de los dominicanos se ha reducido a unos 1,600 dólares. De golpe y porrazo los dominicanos tenemos un ingreso por habitante de un país de ingreso bajo, según las normas del Banco Mundial. Antes de esta crisis, es decir, durante toda la década de los 90 y los primeros años de la presente, éramos un país de ingreso medio-bajo, con tendencia a situarnos en un país de ingreso medio a medio-alto. Para poder recuperar este nivel de riqueza global de la sociedad serán necesarios por lo menos cinco a ocho años de crecimiento estable a una tasa de entre 6% a 8% anual, estabilidad estricta de precios y sobretodo estabilidad cambiaria como meta prioritaria de la política económica y de la política fiscal.

Sin embargo, la deuda publica total se ha casi duplicado. Según la firma de Wall Street Bear Stearns, la deuda publica externa e interna total, pasará de representar el 21% del PIB en 2002 a un 42% del PIB en 2003. La combinación de reducción del PIB nominal en dólares, incremento desorbitado de la deuda interna y externa y el déficit casi-fiscal del Banco Central producirán esa magia en apenas 12 meses. Por lo tanto el sacrifico fiscal de los contribuyentes y del Estado, para el servicio de la deuda, será cada día mayor. La cantidad de pesos necesarios para servir la deuda externa se ha duplicado, asumiendo que a partir de este momento la deuda no se incremente significativamente. Los recursos disponibles para atender el gasto en educación pública, en salud, seguridad social y en infraestructura y saneamiento serán cada vez menores. Las políticas de recuperación y estabilidad que será necesario poner en práctica, reducirán significativamente el margen del Estado y los gobiernos para atender las demandas sociales y, por tanto, la estabilidad política podría verse seriamente comprometida.

Ahí estamos. Ahí nos ha conducido una combinación de incompetencia gubernamental, irresponsabilidad en el manejo de la política monetaria y de métodos fraudulentos en el manejo bancario. Ahora se inicia el calvario.

 

Perspectiva Ciudadana - 30.junio/2003
 

 

TRANQUE MONETARIO: PRÉSTAMOS, SALVAMENTOS Y CERTIFICADOS

Por EDUARDO J. TEJERA

He escrito numerosas veces sobre el grave problema del cáncer monetario que tiene por primera vez el Banco Central, por la forma que se realizó el salvamento de Baninter y otros dos bancos. No deseo discutir aquí si la forma fue o no la correcta o si las autoridades actuaron precipitadas y no aprendieron de la experiencia de crisis bancarias en este país, en los Estados Unidos y en la América hispana. Ahora solo deseo concentrarme en el problema monetario que tenemos, que considero el más grave de la economía y la solución que he planteado en varias oportunidades. El imparable tranque monetario, junto con la crisis financiera del sector eléctrico y la reforma fiscal integral, son los tres más grandes retos inmediatos de la economía y del nuevo gobierno entrante.

Es de esperar que ahora después de las elecciones y bajados los ánimos de toda campaña sucia, se pueda debatir y analizar serenamente y sin pasiones y mentiras, el problema y soluciones de los Certificados emitidos por el Banco Central, que al 30 de abril asciende a RD$ 80,958 millones y que crece en alrededor de RD$ 4,000 millones cada mes por pagos de inteseses, que varían entre 45 % al 60 % anual, una aberración dentro del cuerpo de la economía. Estas cifras son las cuentas por pagar de la institución. Parece increíble que en el Stand-by con el FMI o que las mismas autoridades monetarias por sí mismas, no hayan buscado una solución a este problema interno. Se ha optado, el país entero, por cerrar los ojos y muchos inversionistas solo han sido guiados por ganar más intereses, sin tener la menor idea cómo en el fondo se pueden devolver RD$ 80,958 millones. Las emisiones de Certificados son una bola de nieve en centrífuga que tienen que solucionarse.

Hay que comprender que la emisión de CPBC son una consecuencia de la particular manera del salvamento de los tres bancos, sobre todo, el Baninter. El Banco Central ha concedido como emisiones inorgánicas la extraordinaria suma de RD$ 109,350 millones, en forma de adelantos y redescuentos, avances de liquidez, préstamos a bancos colapsados, sus dueños y empresas viculadas para devolver a la carrera el dinero de ahorrantes de Baninter, para absorver pérdidas de cuentas malas y fantasmas, para pagar cartas de créditos del exterior de los bancos y filiales de asuntos propios bancarios o de sus dueños, para pagar ilegalmente a ahorrantes en los bancos fuera del país y para viabilizar la venta del Banco Mercantil y el Bancrédito. El Banco Central se convirtió en el gran vertedero gigantesco del sistema. Estas sumas representan las cuentas por cobrar del Banco Central, que nadie conoce con detalles. Estas dos notables cifras -- la cuentas por cobrar y las cuentas por pagar -- crean el gran tranque financiero, que condiciona toda política monetaria y crediticia.

Las Facilidades de Liquidez.

Este es un tema del que poco se habla y mucho menos se conoce públicamente ningún detalle e información. Las facilidades de créditos del Banco Central, como hemos señalado, ascienden a la extaordinaria suma de RS$ 109,350 millones, o el equivalente en US$ 2,430 millones. Lo primero que debe conocer las Comisiones de Transición es todo lo relativo a esas operaciones, listados, clientes, garantías, activos, colaterales indirectos y, ante todo, la real capacidad de cobro de los mismos. ¿ Ese dinero se puede recuperar o solo una pequeña parte ? La cantidad que sea se puede vender ahora o están en interminables litigios, alguna parte se puede titularizar en instrumentos negociables y se pueden recuperar recursos en efectivo al cierre de las ventas o en plazos diferidos ? En este orden es necesario profundizar en todos los litigios, acelerarlos y comenzar a ejecutar garantías, para empezar a recuper recursos. No debe haber impunidad. Todo esta información es vital para saber realmente con que se cuenta para redimir los Certificados.

Personalmente, no creo que se pueda depender de estas recuperaciones a corto plazo para implementar un esquema de devolución de CPBC. También creo, porque ya los activos principales han desaparecido, los piratiaron o perdieron valor, que ni siquiera se pueda recuperar el 35 %, aunque ojalá yo esté equivocado y desinformado. De todas formas, se debe pasar todos estos activos en calidad de fideicomiso a la Corporación de Recuperación y Saneamiento Bancario (CRASB), que he propuesto. La recuperación de estos activos y recursos ayudarán a redimir Certificados, pero no será la solución. Creo que la CRASB se puede formar por Resolución de la Junta Monetaria, designar a un Director Ejecutivo y un Consejo de Directores mixto, compuesto de dos miembros de la Junta Monetaria, dos funcionarios del Banco Central, un funcionario de la Secretaría de Finanzas y uno de la Superintendencia de Bancos y tres privados de Asociaciones, como el Conep, Asociación de Industrias y otras. La idea es que toda decisión se tome al más alto nivel técnico y político y con la participación de empresarios. Ahora lo principal es que se entreguen todas las informaciones y listados pertinentes.

Soluciones a los Certificados.

Las emisiones de Certificados o Bonos es un viejo instrumento, usual de los Bancos Centrales. Se colocan al público institucional a través de las Operaciones de Mercado Abierto y su fin es servir de mecanismo de expansión o contracción del dinero en circulación de un país, dependiendo de la situación de inflación interna, crecimiento, exceso de medios de pagos o situación de las finanzas públicas o las cuentas externas. Su uso es ocasional y anticíclico para resolver coyunturas a corto plazo y su colocación es siempre un porcentaje pequeño y prudente del total de la emisisión monetaria del país. Ni en los textos de política monetaria y banca central, ni en la práctica se utilizan la ventas de CPBC para el rescate o salvamentos de bancos, por ser cifras demasiado grandes, que distorsionarían la política monetaria y ponen en peligro la política de tasas de interés y, por ende, el crecimiento y el empleos. En los Estados Unidos, cuando quebró el sistema de ahorros y préstamos, se creó la “Resolution Trust Corporation” y el salvamento fue pagado por el Gobierno Federal, de asignaciones presupuestarias en varios años, nunca del Sistema de Reserva Federal. En España, igual, el Fondo de Garantía se nutría de fondos del Gobierno, y así se hizo en México y otras naciones.

En nuestro caso el Banco Central recurrió primero a pagar y honrar todas los pasivos personales y corporativos de Baninter y canjeó CPBC a los ahorrantes. Después hizo parcialmente algo similar con los otros dos bancos, pero en menor escala. Eso creó la gran expansión monetaria, que forzó a emitir CPBC para recoger circulante. Así se comenzaron ha realizar las emisiones de Certificados a altas tasas de interés para colocar al público y a los bancos y de esa forma emergió la distorsión y el cáncer crece por día. El Banco Central está ahora atrapado teniendo que pagar y realizar emisiones todas las semanas para reenganchar. Fue un grave error que este tema se dejara en el aire tanto en el primer, como en el segundo Acuerdo reactivado con el FMI. Ahora, el Banco Central debe RD$ 80,958 millones, que con equilibrio y pensando tanto en el respeto a los inversionistas, como al bien común del país, es evidente que hay que buscar una solución viable que ayude a encaminar la economía, bajar las tasas de interés activas de los bancos y asi facilitar la recuperación del crecimiento y el empleo para todos los dominicanos. Que nadie se deje alarmar ni engañar: con creatividad y buen juicio serio, siempre existen soluciones prácticas.

Creo que todas las emisiones de Certificados deben pasar al CRASB, ya que todas fueron emitidas como parte directa o indirecta del salvamento bancario. A medida de sus vencimientos, los CPBC se intercambiarían por Certificados de Saneamiento de esta institución autónoma fideicomisiaria, que gozarán de la doble garantía del Banco Central y del Estado. Los nuevos Certificados se emitirían en siete u ocho escalas y tipos de valores, según el segmento, monto y el vencimiento, desde un año a ocho años, de menor a mayor y los intereses a una tasa igual o ligeramente superior a la banca comercial, para no competir deslealmente con un sector que requiere tanto apoyo. Este sería el único sacrificio que tendrían que aportar los inversionistas actuales, para solucionar en armonía y satisfactoriamente un problema nacional. Se pagarían, en vez de solamente intereses como ahora, cuotas de capital e intereses por cada una de las emisiones que se hagan por escalas de montos. Se le debe dar la máxima prioridad para redimir en menos de un año, los Certificados de hasta RD$ 1.0 millones y de ahí según la escala que se acuerde concensuadamente.

Lo importante es la fuente de recursos para pagar las cuotas de capital e intereses. Los recursos no deben salir del Banco Central, para romper el círculo vicioso de la expansión monetaria. Principalmente, si se difiere en el tiempo y con más bajos intereses, la primera fuente tiene que ser el Gobierno contemplando sus partidas en el Presupuesto, más las ventas de activos y las recuperaciones antes señaladas, para redimir anticipadamente los Certificados de menor a mayor monto. Las ventas de otros activos del Estado pueden aportar a el fondo de rendención en el CRASB. Creo que se podría poner un impuesto del 5% especializado para nutrir este fondo, a los intereses que generan todos los ahorros en la banca nacional y demás intermediarias y estas instituciones sirvan de agente de retención. En circunstancias normales nunca pensaría en gravar al ahorro, pero para solucionar un cáncer que tanto estimula la inflación y la devaluación de la moneda, es una seria contribución de las personas que tienen recursos y rentas. Es un aporte pequeño que podría generar cerca de RD$ 3,000 millones al año. Una suma que ayudaría a cubrir el pago de los intereses. Lo demás deberá provenir de la reforma fiscal.

Lo que toda persona debe pensar es en la absoluta necesidad de enfrentar este grave problema, sin alarmas ni sustos, sino con seriedad y serenidad. Es imposible que la bola de nieve de los Certificados suba cada mes en RD$ 4,000 millones, porque terminaremos pronto como Argentina. Hay que proteger a toda la población, no solo a un grupo rentista que puede contribuir sin ser afectados. No creo que exista algún inversionista que crea que se le pueda pagar intereses del 50 % ó 60 % por tiempo indefinido, pues es insostenible para la economía y para ellos. Estos altos intereses pagados mensualmente con inorgánicos, al final continúan presionando el valor del peso frente al dólar y esto a la vez crea una alta inflación que termina eliminando cualquier suma de intereses generados, resultando en un efecto neutro o negativo, como hemos visto en los últimos meses. Hay que pensar en volver a dinamizar la producción, la construcciones, la agropecuaria y las exportaciones, mejorar la competitividad de la economía y para esto hay que solucionar el problema de los Certificados y reducir las altas tasas de interés en la banca, sino el nuevo Gobierno estará atrapado, igual que todo el sector productivo privado.

Finalmente, las nuevas emisiones de Certificados de Saneamiento del CRASB por el equivalente al Certificados de RD$ 80,958 millones, pueden ser segmentadas por escalas de montos y por destino del inversionista final. Es cierto que hasta que no se conozca la real composición de los Certificados todo ejercicio es de aproximación y metodología, por eso ante todo las autoridades deben entregar todas las informaciones y cifras. Pero se pueden realizar distintas emisiones. Por ejemplo, una Emisión A destinada para la banca e intermediarias que tienen RD$ 28,000 millones en Certificados es bueno porque se les puede permitir incluirlos en el encaje legal. Otra Emisión B, para los RD$ 18,000 millones de ahorrantes directos de Baninter, con una redención a mediano plazo. Y la Emisión C, como RD$ 34,000 millones destinada a todos los inversionistas individuales y compañías, que se debe redimir a corto y mediano plazo. Las AFP que tienen que invertir a largo plazo, se les puede pedir que inviertan hasta el 25 % de sus ahorros en la Emisión A, que estará bien garantizada y un interés competitivo. Igual, las compañías de seguros deberían invertir para sus reservas técnicas. Los nuevos Certificados, como tienen garantía soberana, se les podría utilizar en la capitalización de la banca comercial, como Acciones Subordinadas, que a medida que se rediman forman parte del capital pagado de acciones común.

Al final, un problema de RD$ 80,958 millones y en crecimiento, puede reducirse a menos de la mitad para el público individual inversionista y la otra mitad para inversiones institucionales a mediano y largo plazo. La meta sería devolver primero a los inversionistas menores con la idea que lleven ese dinero como ahorros a la banca comercial y demás intermediarios. Por eso digo, que hay soluciones si se realiza una reestructuración de la deuda interna prudente, segmentada, por escalas de montos, pero protegiendo el interés nacional de todos, tal como se hacen las reestructuraciones externas. En otros trabajos elaboraré más los detalles de esta propuesta, que he variado en parte a medida que recibo buenas críticas y sugerencias. Mi mensaje final, es que el país debe darse cuenta que hay que enfrentar este problema, igual que la crisis financiera del sector eléctrico que requiere también de grandes cambios. Por otro lado, para que la reforma fiscal no sea sobredimensionada, hay que resolver simúltaneamente estos dos dos graves problemas, de lo contrario se necesitará muchos más impuestos. No debe hacerse un sobreajuste fiscal que continue paralizando la economía. Por eso, hay que realizar cirugía y reformas profundas a los tres sectores señalados.

29 mayo 04

 


ANALISIS (Marzo 2003)

NOTAS DEL EDICTOR:
Deuda externa ha aumentado a mas de US$4,137 millones.
La banca nacional le ha prestado al Gobierno RD$3,578.4 millones
El Gobierno irresponsable e inepto de Hipolito Mejía ha tomado préstamos por US$2,300 millones en dos años, aunque es de mucha importancia que el pueblo domininicano se entere de esto, el Gobierno se endeuda en dólares para pagar en pesos, y ademas de querer paqar esos prestamos con papeles  perdón quise decir pesos dominicanos.

 

Como Afecta el Endeudamiento Nuestra Economía

En los últimos meses se ha estado discutiendo en la opinión pública sobre nuestro futuro económico, a corto, mediano, y largo plazo. A nadie escapa el comentar sobre este tema, tenga o no criterio para hacerlo.

Es muy fácil hacer promesas cuando se está en campaña política, pero es aun más fácil recurrir a los empréstitos tanto internos como externos cuando se necesita dinero, y más aún cuando no tenemos la idea de que el dinero se termina, y que nuestro país no es gran exportador, y por ende no puede generar los dineros necesarios para pagar sus cuantiosas deudas.

Para ilustrar lo que señalo citaré un caso muy específico "La Feroz Política de Endeudamiento Gubernamental" que esta siendo llevada a cabo por la actual administración. En el último año y medio nuestro país se ha endeudado más de lo que se había endeudado en 10 años.

Lo más penoso de todo este endeudamiento es que una parte de este dinero se toma para pagos de nómina y cosas "que se supone" están contempladas en el Presupuesto Nacional. Otra situación es que este dinero se invierte en obras que estamos de acuerdo que mejora la calidad de vida de los dominicanos, y eso es invertir en la gente, pero también me pregunto que ganancia obtiene el país en términos económicos, es decir ese dinero se gasta no se invierte.

La peor hazaña en contra de nuestro país se ha producido con la Emisión de los Bonos Soberanos. Con este hecho empezó nuestra desgracia, y la hipoteca de nuestro país, ya que estos bonos se negociaron sin período de gracia y sin buenos intereses. Para el mes de marzo el gobierno tuvo que desembolsar la majestuosa suma de RD$500,000,000.00, y esto solamente por concepto de interés. Imagínese usted la magnitud de este préstamo denominado Bonos Soberanos. Obsérvese también que el gobierno en diciembre tomó un préstamo en la banca nacional para completar el pago de la regalía pascual, y otro préstamo para el pago de nómina, en enero.

Y si esto ocurrió en enero que es el mes de mayor recaudación fiscal, ya que todos los impuestos de diciembre se pagan en este mes, yo me pregunto como se van a hacer los siguientes pagos de los Bonos Soberanos; yo me cuestiono, ¿Se recurrirá a un nuevo préstamo para el pago de otro? Si es de este modo deberíamos empezar a preocuparnos, porque con este hecho sellaríamos la venta de nuestro país. Para que se comprenda mejor voy hacer una pequeña reflexión sobre el caso de Argentina.

Argentina país que se consideraba ejemplo económico de América cayó en la quiebra, ¿Y por qué quebró? Una pregunta muy interesante; Este país empezó a tomar prestamos, y para pagarlos recurría a otros prestamos, hasta que se endeudó tanto que sobrepasó su capacidad de endeudamiento, y esto trajo como consecuencia el colapso del sistema financiero argentino.
Pero en fin, nuestro país ya dio el primer paso a nuestra quiebra. Aunque todavía hay solución, se requiere para esto tener una política de austeridad, para saldar los préstamos contraídos, y reducir el gasto corriente a lo necesario, y sobre todo eficientizar el cobro de impuestos, no creando nuevos, sino promoviendo el cumplimiento de los existentes.

Hay algo que no puedo entender viéndolo desde el punto de vista económico, y es cómo es posible que el estado dominicano tome prestado la suma de US$500,000,000.00, que utilicen US$100,000,000.00 y los otros US$400,000,000.00 lo depositen en una cuenta a generar intereses.
A primera vista parece que si genera interés esta bien; pero las ganacias que generan estos US$400,000,000.00 oscila entre el 2% y el 4%, pero el estado tiene que pagar por los US$500,000,000.00 un 9% de interés. Entonces hablando en términos económicos, su factibilidad es nula.

Otro factor sumamente interesante es que en el año 2005 el país tiene que pagar a los acreedores de los Bonos la totalidad de su valor, es decir, US$500,000,000.00, y no existe la posibilidad de negociar una prórroga en el pago. A estos acreedores no les importa si el país tiene o no dinero para pagarle en ese momento; ¿Y si tenemos que recurrir a otro prestamos para pagar ese? Caeremos en un círculo vicioso donde cada día se deberá mas por concepto de intereses, y al final de la jornada quedaremos quebrados tal y como le paso a la Argentina.

Desde mi punto de vista una posible solución a este problema es que la clase política admita y acepte su rol en la vida nacional, ya que hoy en día los políticos llegan al poder y se trazan una visión para los cuatro (4) años de su período gubernamental, haciéndose de la vista gorda, en el mayor de los casos, de la continuidad gubernamental y estatal, es decir que se olvidan de los problemas y proyectos inconclusos de los gobiernos pasados.

La continuidad de estado es para mí el mayor problema que afronta nuestro país, y cuando esto se acepte y se tome conciencia de que esto es importante nuestro país va a progresar.

Otra posible solución a los problemas de hoy en día es que se cree un Plan de Desarrollo, un Plan Económico, y planes en sentido general que podría ser llamado, "Plan de Desarrollo Para la República Dominicana 2003-2020". Pero para que esto suceda se necesita la madurez de nuestros políticos, ya que cada uno de ellos piensa solo en sus intereses partidarios y personales; éstos deben pensar en el bienestar de nuestro país en un futuro no muy lejano.

Es por esto que hago un llamado a la clase política, empresarial, eclesiástica, juvenil, civil, militar, a que se sienten en la mesa del dialogo y dejen atrás toda pretensión política; que conversen sobre nuestro futuro y que se cree una agenda nacional a largo plazo, con el apoyo de todos los sectores de la vida nacional para que nuestro país continúe en el camino del progreso que ha experimentado el los últimos años. También hago un llamado a la población en general a que expresen su deseo de que esto suceda, actuando siempre apegados a la ley y manteniendo siempre el orden público.

Josué Arbaje

 


LOS AÑOS 90s HASTA 2000 Y LA DEUDA EXTERNA.

EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN DE LA DEUDA EXTERNA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA[1]

Miosotis Rivas Peña

Introducción.

Los noventa se puede considerar como un período de despegue de la economía dominicana con relación a la inestabilidad, los ajustes y las crisis de los ochenta. A partir del año 1992 el crecimiento promedio se ha situado por encima del 5% y en el período 1996-1999 por encima del 7%. El sostenido crecimiento económico no ha sido la única característica de este período, también hay que mencionar otros elementos positivos como la estabilidad macroeconómica que se ha traducido en una inflación promedio por debajo de los dos dígitos, un tipo de cambio estable y un manejo adecuado de las finanzas públicas. Sin embargo, este crecimiento económico no se ha traducido en una sustancial mejoría en la distribución del ingreso y en los niveles de pobreza del país. Por lo que este se constituye una de las principales características de la economía dominicana de los 90's.

Desde 1994 hasta la fecha la economía dominicana presenta un fenómeno que se ha observado pocas veces en el transcurso de su historia económica: la combinación de estabilidad macroeconomía y altas tasas de crecimiento del PBI. No seria muy aventurado plantear que esto ha sido el resultado de tres factores: 1) las reformas fiscal, financiera y arancelaria que se ejecutaron a principios de la década, 2) una buena adecuación de las políticas monetarias y cambiarias a los resultados de la política fiscal, y 3) un entorno internacional favorable (precios bajos del petróleo y alto crecimiento de la economía norteamericana, entre otros). Este conjunto de factores ha permitido que la tasa promedio de crecimiento del PBI durante el periodo 1994-1999 fuera del 5.6%, con una inflación promedio de apenas el 4.8%.

El año 1999 no se desvía de la situación anterior y más bien viene a profundizar las tendencias de la economía dominicana de los 90's. Según cifras del Banco Central, en el año 1999 la República Dominicana alcanzó el mayor crecimiento económico de la década de los 90 y se mantuvo por cuarto año consecutivo entre los países de América Latina, de mayor crecimiento económico. La tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto real fue 8.3%, superior al crecimiento de 7.3% del año 1998. Los principales sectores que contribuyeron a este comportamiento fueron, la construcción, comunicaciones, seguido de la industria local excluyendo ingenios, así como hoteles, bares y restaurantes, comercio y transporte.

Este mayor crecimiento permitió una reducción en el nivel de desempleo, el cual disminuyó de 14.4% en el 1998 a 13.8% en 1999. Las ramas de actividad que absorbieron la mayor cantidad de mano de obra fueron agricultura, comercio, transporte y comunicaciones.

La tasa de inflación acumulada fue de 5.10%, inferior a la registrada en los años 1998 y 1997, no obstante que los precios internos de los combustibles fueron reajustados y la comisión cambiaria aumentada de forma transitoria en el mes de octubre. Este descenso de los niveles inflacionarios fue consecuencia de las disminuciones en los precios de los alimentos durante los tres primeros trimestres del año, fruto de la mayor oferta agrícola.

El resultado global de la balanza de pagos para 1999 presentó un saldo favorable de US$ 171.8 millones, el cual es el resultado del incremento de la inversión extranjera directa atraída por el proceso de capitalización de las empresas estatales, así como por mayores desembolsos de préstamos para contrarrestar los efectos negativos del huracán Georges.

En el 1999, la conducción de la política fiscal se vio afectada negativamente por la reducción de los ingresos del diferencial petrolero a consecuencia del alza en los precios internacionales de los combustibles. Las continuas alzas del petróleo en los mercados internacionales mermaron el impacto en los ingresos fiscales del ajuste en los precios domésticos de los combustibles. Lo anterior, unido a los mayores gastos ejecutados en el período, determinaron un resultado en las operaciones fiscales deficitario en el año en consideración.

La política monetaria adoptada en 1999 estuvo dirigida a mantener la estabilidad de los precios internos sin afectar el buen desempeño de las actividades productivas. En los primeros meses del año se buscó detener el crecimiento de los medios de pagos, los cuales se habían expandido a raíz del esfuerzo para reactivar el país luego del huracán Georges. A mediados de año, el Banco Central intervino en el mercado cambiario para adquirir divisas y evitar una fuerte apreciación de la moneda local por el incremento de dólares generados por la inversión extranjera y los desembolsos de préstamos externos, mientras que en el último trimestre del año se aumentó la comisión cambiaria para cumplir con los compromisos de la deuda externa y se realizaron operaciones de mercado abierto para esterilizar el crecimiento de los agregados monetarios debido a la mayor acumulación de reservas internacionales durante el mes de diciembre.

El análisis de los principales indicadores macroeconómicos muestra que el país ha enfrentado exitosamente los dos principales shocks de los últimos años. En primer lugar, se recuperó de los daños ocasionados por el huracán Georges a finales de 1998, y en 1999 la actividad productiva no fue afectada significativamente por el alza en los precios internacionales del petróleo, debido a las medidas gubernamentales y política monetaria adoptadas.

Evolución de la Deuda Externa: Escenario Reciente

La deuda pública externa global incluye todos los compromisos financieros de la República Dominicana de corto, mediano y largo plazo correspondiente a préstamos y depósitos contraídos con el exterior y que representan obligaciones que deben ser honradas por el sector público[2].

En los últimos cuatro años (1996-1999) la deuda externa dominicana se ha reducido en un 5% al pasar de US$ 3,807.3 millones en 1996 a US$ 3,635.9 en 1999. Pero, a pesar de esta reducción, los desequilibrios en el mercado petrolero, cuyo diferencial interno constituye la principal fuente de financiamiento de la misma, amenazan con la puntualidad que hasta estos momentos el país había tenido en los pagos de los servicios generados por esta. Se vislumbra que, para final del año habrá un faltante de unos RD$ 2,500.00 millones de pesos (US$155.7) para cumplir con estos compromisos.

Dado que los ingresos del diferencial de los combustibles son utilizados para el pago de la deuda externa, su disminución a cantidades menores que los desembolsos requeridos obligó a que el Gobierno decidiera, el año pasado, elevar el precio de los combustibles y aumentar el monto de la comisión cambiaria que se cobra a las importaciones para poder cumplir con los requerimientos del pago de la deuda[3]. Los combustibles aumentaron en casi un 22% y la comisión cambiaria pasó de 1.75% a 5%.

Actualmente, ante un nuevo incremento del precio del petróleo, existe un desfase de 800 millones de pesos dominicanos (alrededor de unos US$ 49 millones), y las autoridades monetarias estiman que la comisión cambiaria dejará unos RD$ 4,800.00 millones de pesos (US$299.00 millones), alcanzando unos RD$ 5,500 millones (US$342.67) con otros recursos, pero esto no alcanza los 8,000 millones (US$498.44) del servicio de la deuda. Esto resulta preocupante para las autoridades del Banco Central, qué, aunque realizan algunas operaciones de mercado abierto no tiene mayores alternativas para cerrar el déficit de los US$155.77 millones de dólares que se estiman en estos momentos para fin de año.

Entre las alternativas que manejan las autoridades monetarias se encuentran la de emisión de inorgánico, pero, claramente esta medida tendría efectos desestabilizadores en la economía por el incremento que causaría en la demanda de bienes y servicios y en la tasa de cambio.

Por otra parte, el Gobierno no tiene la posibilidad de entregar al Banco Central los pesos necesarios del Presupuesto de Ingresos y Gastos Públicos que no han podido obtenerse del diferencial de los combustibles debido a que está entre sus prioridades terminar las obras que ha iniciado antes de finalizar su mandato el próximo 16 de agosto.

El Banco Central ha tenido que recurrir a sus reservas para cumplir con los servicios de la deuda, las cuáles para el pasado mes mayo se redujeron en un 15.6% con relación a diciembre de 1999, al pasar de US$881.3 a US$743.7 millones.

Cómo último recurso con miras a conservar la estabilidad macroeconómica prevaleciente en la economía dominicana y ante la reserva del gobierno actual para realizar el ajuste correspondiente a los combustibles, el Banco Central anunció en el mes de junio, la colocación de certificados de participación valorados en unos 62 millones de dólares[4].

COMPOSICIÓN DE LA DEUDA

La deuda externa dominicana está compuesta por la deuda oficial y la privada. A su vez, la deuda oficial contabiliza el endeudamiento multilateral y bilateral, mientras que la privada refleja el endeudamiento con la banca comercial.

La mayor parte de los fondos provenientes del endeudamiento externo en la década de los 70 y principios de los 80 fueron utilizados en programas sectoriales de desarrollo, principalmente en el área agropecuaria (reforma agraria, riego, crédito, transferencia de tecnología), infraestructura vial, salud y educación.

Luego, con la crisis de la deuda, una parte importante de los fondos externos se orientaron a cubrir déficits internos y externos, y posteriormente, además de préstamos sectoriales en áreas como las señaladas anteriormente y para apoyo a balanza de pagos, el país ha utilizado recursos externos orientados a promover reformas, con el objetivo de abrir más espacio a la economía de mercado.

La deuda externa dominicana proviene en su mayor parte del financiamiento bilateral (cerca del 50%), principalmente del gobierno de Estados Unidos y España, siendo la deuda con el primero, al cierre del año 1999, de US$843.69 millones y con el segundo US$373.25 millones. La otras deudas bilaterales con países fuera de la región corresponden a Alemania (US$72.47 millones), Francia (US$36.41 millones), Italia (US$51.30 millones) y Japón (US$193.54 millones). En la región también se tienen deudas bilaterales, principalmente con Venezuela (US$129.62 millones), y deudas menores con Perú (US$6.284 millones), y Brasil (US$29.49 millones). En el transcurso del año fue cancelada la deuda que teníamos con Colombia, sin embargo fue contraída una nueva deuda con Brasil y con país como México, Argentina y de otros países del área, la deuda que se tenía con dichos gobiernos fue saldada hace algunos años.

La deuda con organismos multilaterales ha representado cerca del 30% de la deuda total, siendo su balance al finalizar el pasado año de US$1,236.55 millones, de la cual US$852 millones corresponden al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), US$274.34 millones al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), US$54.21 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el resto al la OPEP, al BEI, FIDA y otras instituciones.
Recientemente, junio pasado, el Banco Central pagó todos sus compromisos contraídos con el Club de París relativos al diferimiento de pago de US$103 millones. Las autoridades monetarias destacan que el gran esfuerzo realizado para hacer dicho pago obedeció al interés de mantener abiertas las líneas de crédito con la comunidad financiera internacional.

El balance de la deuda comercial cerró el pasado año en US$661.5 millones, unos US$29 millones menos que el cierre del año 1998. De estos US$661.5, US$619 millones corresponden a préstamos provenientes de la banca privada y US$42.36 millones de financiamiento de suplidores.

Esta estructura de la deuda, con aproximadamente el 80% de la deuda con gobiernos y organismos multilaterales, ha favorecido a la República Dominicana en las negociaciones de deudas que ha realizado y continúa siendo una ventaja a los fines gestionar mayor concesionalidad en el futuro para nuevos préstamos y contratos de deudas.

NEGOCIACIONES DE DEUDAS

Respecto a las operaciones de reducción de deudas y otras negociaciones, las más importantes realizadas por el país en la presente década han sido las del Club de París en 1991 y la de la banca privada internacional de 1994, además de otras negociaciones bilaterales con Argentina, México, Perú, Venezuela, entre otras.

El monto total de las deudas negociadas con el Club de París y con la banca privada internacional fue de US$2,178. Con miembros del Club de París el país negoció US$927 millones de deudas y con bancos privados US$1,251 millones.

Los países con los cuales la República Dominicana negoció deudas en el Club de París fueron Estados Unidos, principal acreedor, con aproximadamente el 50% de la deuda negociada, España Japón, Francia y Alemania. El 22% de la deuda con estos países fue negociada a un plazo de años, el 62% a 15 años y el 16% a 10 años.

Como resultado de las negociaciones, el balance de la deuda con la banca privada disminuyó a US$520 millones, es decir, una reducción de 58%. La deuda remanente del capital (US$329 millones) quedó documentada en Bonos con Descuento y el remanente de los intereses (US$191 millones) en Bonos PDI. La deuda documentada en Bonos con Descuento será pagada en un plazo de 30 años, a término, garantizada con inversión de US$38.8 millones en Bonos Cupón Cero del Tesoro de los Estados Unidos.

LA CARGA DE LA DEUDA

La elevada carga de la deuda externa ha convertido al país en exportador neto de capitales, lo cual ha sido un factor relevante en la desestabilización de las finanzas públicas, incidiendo en el déficit fiscal, la disminución de la inversión pública y los servicios sociales, generando presiones para el aumento de la carga impositiva, disminuyendo puestos de trabajo existentes o potenciales, aumento de la deuda interna y de las tensiones y conflictos sociales, que generan pérdidas de esperanza y oportunidades, especialmente para los más pobres.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha insistido en el impacto negativo de este resultado en el desarrollo de los países pobres endeudados y los Jefes de Estados y de Gobiernos de la región reunidos el año pasado en Santo Domingo, reclamaron políticas más flexibles para los pagos, a fin de que los gobiernos puedan destinar mayores recursos a la educación, la salud y al desarrollo.

El Presidente de la República Dominicana, en discurso pronunciado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en octubre de 1996, manifestó que "los países de la región hemos realizado sucesivos programas de ajuste con la finalidad de recuperar nuestra solvencia externa en materia financiera", y agregó; "pero estar al día en los pagos a los organismos internacionales de crédito ha aumentado la deuda social de nuestro gobierno con el pueblo dominicano, pues como consecuencia de ello hay menos recursos disponibles para ser invertidos en educación, salud, vivienda y seguridad".

Por otro lado, solicitó revisar y flexibilizar las políticas sobre el manejo del problema de la deuda al señalar que "se requerirá en el futuro próximo revisar algunos de los llamados "principios sacrosantos" que han prevalecido en la comunidad financiera internacional por espacio de muchos años, tales el relativo a la fecha de corte del Club de París y la imposibilidad de reestructuración de la deuda con los organismos multilaterales, lo cual afecta al llamado Grupo de los Países de Menor Desarrollo Relativo, los cuales podrían tener un tratamiento preferencial en este aspecto".

La deuda externa actual de República Dominicana representa aproximadamente el 25% del PBI y un monto percápita de US$435, equivalente a aproximadamente US$1,750 por familia, lo que en una economía con un alto nivel de desempleo y subempleo y bajos niveles salariales, significa una pesada carga, mientras que la tasa de servicio de la deuda, respecto a los ingresos de exportaciones nacionales, es en la actualidad aproximadamente 27%.

Pero, mientras el Presidente aboga por flexibilizar la política del manejo de la deuda, su gobierno, a través de las autoridades monetarias y de planificación siguen considerando el pago de la deuda como una de las prioridades más importantes de la agenda económica, muy en deterioro de otros aspectos de relevante importancia para la nación.

En un estudio realizado recientemente por la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN) sé evidencia que en términos regionales el gasto público en la República Dominicana se encuentra por niveles inferiores que otros países de América Latina y el Caribe. Sólo Honduras, Guatemala y El Salvador representan un gasto público social por debajo de Dominicana, el cuál se sitúa, en el período 1996-1997 en un 39.0% como porcentaje del gasto público total, lo cuál la coloca, según la CEPAL en países con gasto social bajo[5].

Si tomamos estos últimos años en los cuáles la economía ha tenido un buen desempeño, 1996-1999 y en los cuáles hemos visto reducirse considerablemente nuestra deuda (5%), podemos percatarnos que el gasto público social se ha incrementado muy tímidamente, sólo un 1.09%. Sobre todo, los gastos que más han sufrido han sido el gasto en deportes y recreaciones, el cuál sufrió una reducción para el período en cuestión de 14.05%, el gasto en salud con una reducción de un 2.52% y el gasto en vivienda y el gasto en agua potable y alcantarillado que han sufrido las caídas más drásticas del período. Estos gastos cayeron en un 45% y un 40% respectivamente.

Al igual que en 1998,para 1999 la nación fue exportadora neta de capitales, pues hizo pagos ascendentes a unos US$297 millones, de los cuales más del 50% correspondió a amortización de capital, y sólo recibió desembolsos por un monto de US$171 millones, siendo la transferencia neta de capitales hacia el exterior de US$126 millones.

DEUDA Y EL PRESUPUESTO

Para el año 1999, el Gobierno Dominicano destinó casi unos RD$4,800 millones de pesos casi unos US$300 millones de dólares y, en los últimos 5 años (1994-1998), se ha destinado un promedio anual de RD$3,500 millones (aproximadamente US$250 millones) de su presupuesto para el pago de deuda, equivalente al 12% de los gastos totales.

En el año pasado, tan solo en el primer trimestre se destinaron alrededor de RD$3,100 millones (US$193 millones) al pago de la deuda externa, mientras que para este año se estima que el servicio de deuda será alrededor de RD$8,000 millones (US$467 millones), equivalente al 16% del sometido recientemente por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional.

Como se dijo en párrafos anteriores, los recursos destinados al pago de la deuda externa provienen del denominado "diferencial del petróleo", una especie de impuesto establecido administrativamente, mediante Decreto Presidencial, consumo de gasolina, gasoil, gas propano y demás derivados del petróleo y de una comisión cambiaria establecida por el Banco Central a todas las importaciones que se realizan en el país.

Como consecuencia del aumento de los precios internacionales del petróleo y la reducción de las recaudaciones del "diferencial del petróleo", el Gobierno decretó, en octubre de 1999, un aumento del precio de los combustibles y el Banco Central aumentó la comisión cambiaria del 1.75% al 5%, a fin de generar los ingresos necesarios para el servicio de la deuda. Dichas medidas, como en ocasiones anteriores, generaron protestas de la población, expresadas en la paralización, durante un día, de gran parte de las actividades económicas del país. En general, las organizaciones empresariales estuvieron de acuerdo con el aumento del precio de los combustibles, pero rechazaron enérgicamente el aumento de la comisión cambiaria, mientras que las organizaciones laborales y de chóferes manifestaron su rechazo a ambas medidas.

Ante un nuevo aumento en el precio del petróleo y la consecuente baja en el diferencial, el Gobierno Dominicano tiene en sus manos una gran bomba de tiempo al no contar con medidas para completar el faltante procedente de la reducción del diferencial.

Uno de los efectos del servicio de la deuda, particularmente cuando el flujo neto de fondos externos es negativo, es la presión que genera sobre el déficit presupuestario y el endeudamiento interno. Gran parte de la deuda interna del gobierno corresponde a atrasos de los pagos a suplidores de bienes y servicios y contratistas de obras del estado. Para cubrir parte de esta deuda, Congreso Nacional acaba de aprobó el año pasado una emisión de bonos por RD$5,000 millones (más de US$310 millones).

Estos bonos llamados Certificados de Tesorería con Pacto de Recompensan (REPOS) han captado alrededor de unos 1,200 millones de pesos (US$74 millones) en los últimos tres meses anulando el efecto monetario que podrían causar los 800 millones de pesos de desfase según ha informado el Secretariado Técnico de la Presidencia.


¿Pagar o no la Deuda? Eh ahí el Dilema

Cuando se habla de sí la deuda es pagable o no, resaltan algunos enfoques sobre algunos de éstos y otros aspectos. Por ejemplo, los organismos internacionales, particularmente el BIRF y el FMI, consideran que la deuda es pagable ("sustentable", en sus propios términos), si el valor presente descontado del superávit presupuestario es igual o mayor que el balance de la deuda pública, es decir, que el sector público tenga la capacidad de pagar el total de la deuda pública corriente con los futuros superávit. Esto sugiere que la sustentabilidad de la deuda es parte integral de la sustentabilidad fiscal, de manera que para que la deuda sea pagable se requiere que el superávit proyectado sea por lo menos igual al servicio de la deuda corriente.

Otros criterios técnicos o parámetros de sostenibilidad de la deuda son la tasa deuda / exportaciones y la tasa servicio de la deuda / exportaciones. Dichos organismos consideran no sostenible la deuda de un país si la misma es equivalente a más del 200% al 250% de las exportaciones o si el servicio de la deuda es superior del 20% al 25% de las exportaciones. La sustentabilidad de la deuda de países que se aproximen a dichos rangos, dependería de factores como:

  • Vulnerabilidad de las fluctuaciones de los precios de sus productos de exportación.
  • Diversificación de las exportaciones.
  • Reservas internacionales y balanza de recursos que la sustentan, es decir, de exportaciones e importaciones de bienes y servicios no factoriales.
  • Peso de la deuda en el presupuesto.

También se considera que el sector público no estaría en capacidad de pagar la deuda, si la razón deuda/PIB tiene un crecimiento sostenido superior a la tasa de interés.

Otra interrogante, objeto de controversias teóricas, relacionada con la deuda y el presupuesto, es si hay diferencia entre financiar los gastos con aumento de impuestos o mediante el endeudamiento. De acuerdo al enfoque neoclásico de la renta permanente, la respuesta es negativa, al considerar que endeudamiento es lo mismo que impuestos futuros. La objeción teórica a este enfoque, es que los individuos, por su vida finita, piensan que otros pagarán los impuestos; además, de que no todos tienen acceso a los préstamos, y los que no pueden pedir préstamos, no consumen de acuerdo a su renta permanente.

Si el principio de la renta permanente no se cumple, la deuda es una carga para las futuras generaciones. Por tanto, deben evaluarse los costos y los beneficios de la reducción de gastos o el aumento de los impuestos para los distintos grupos de edades. Respecto a la contabilidad intergeneracional, existen muchas limitaciones para determinar, sobre la base de principios económicos estrictos, lo que es justo e injusto al distribuir la carga entre generaciones.

Muchos de estos criterios son los asumidos por la Iniciativa HIPC, para los cuáles la economía dominicana no aplica, dado los eficientes resultaos de la economía en los últimos años. Pero, para una adecuada evaluación de la carga de la deuda y las posibilidades de condonación o alivio, se requiere no sólo un análisis económico del tema, asociado a desempeño económico sino que se requiere de un análisis global del problema y la participación de diversos actores, pues existen muchos elementos que condicionan la evaluación y la puesta en práctica de las propuestas. Es necesario integrar el problema de la deuda a temas como las debilidades institucionales, la corrupción (pública y privada), la reforma del Estado y la participación de la sociedad civil (ONGs, organizaciones populares, académicas, iglesias, comunidades de base).

Es importante destacar el papel que han desempeñado organizaciones de la sociedad civil en la promoción de la reducción de la carga de la deuda. Tal es el caso de la posición ética y humanista del CELAM a favor de los países pobres altamente endeudados que ha sostenido esta organización, cuyas autoridades celebraron en Roma una interesante reunión con el Presidente del Banco Mundial, el Director del FMI y el Presidente del BID Monseñor Cristtian Precht Bañados, Secretario Adjunto de la CELAM, participante en dicho encuentro, ha señalado que "en estas entidades ya hay más apertura y cierta flexibilidad en tratar el tema de la deuda. Hace unos años cuando se hablaba de condonar o reducir la deuda dichas entidades respondían que era imposible porque se atentaría contra los intereses de los que ahorran y de intereses de los países, y ni siquiera discutían el tema"[6].

La realidad de los hechos y la perseverancia con que muchos grupos de la sociedad civil han promovido la reducción de la deuda, han abierto espacios para lograr que los criterios con que los gobiernos y los organismos internacionales manejan el problema de la deuda sean menos rígidos. No obstante, la deuda sigue siendo una pesada carga para la mayoría de nuestras sociedades, por lo que los reclamos para que los acreedores flexibilicen mucho más sus posiciones tienen mucha justificación.

En el caso específico de la República Dominicana, la sociedad civil se ha mantenido alejada del debate. Creemos que es necesario plantear iniciativas, tal vez no a la condonación, pero sí al canje, los llamados SWAPS, sobre todo en temas de cambio de deuda por naturaleza, en las cuáles creemos que el país tienen mucha potencialidad.

CONCLUSIONES

En estos momentos, la República Dominicana, se enfrenta ante un nuevo problema causado por el alza en el precio del petróleo y la consecuente baja en el diferencial del precio de los combustibles internos, principal fuente de financiamiento del pago a la deuda externa. Esto nos da cuenta de que el problema del endeudamiento sigue siendo motivo de preocupación, sobre todo por el hecho de que la carga de la deuda absorbe una proporción importante del presupuesto, lo que está limitando el acceso a servicios sociales a un importante segmento de la población que vive en condiciones de pobreza y extrema pobreza, así como limitando la inversión pública en prioritarias obras desarrollo económico y social. Y sobre todo, en un momento en que el gobierno saliente se debate entre el pago por un lado y la finalización de las obras que ha iniciado, lo cual lleva a una presión con la deuda contraída con suplidores.

Las negociaciones de deuda hasta ahora realizadas han aliviado ligeramente la carga, pero es necesario adoptar políticas y emprender acciones para que mucho más recursos de los que actualmente se están dedicando al pago de intereses y amortización de la deuda se destinen al combate de la pobreza y al desarrollo. Es decir, hay que promover nuevas negociaciones, la que, además de los factores señalados, tomen en cuenta la vulnerabilidad de nuestra economía y las tensiones a que está actualmente sometida como resultado del proceso de globalización económica.

Por las condiciones económicas que el país presenta, no es considerado para calificar en la Iniciativa HIPC, pero es claro que estar al día con los pagos de la misma esta convirtiéndose en un dolor de cabeza para las autoridades dominicanas por la bomba de tiempo que se tiene en las manos, sobre todo en términos sociales, dado el alto nivel del presupuesto nacional que consume el pago de la misma en amortización e intereses.

Es necesario que, desde la sociedad civil se de seguimiento a las iniciativas regionales e internacionales, que tratan de plantear cambios en la condicionantes y lineamientos de las instituciones y gobiernos acreedores para la inserción en el programa de los Países Pobres Altamente Endeudados.

Vemos con mucho agrado el trabajo realizado por la Coordinadora Regional de Investigaciones Sociales y Económicas (CRIES), en la divulgación, conocimiento y debate de estos temas, así como la articulación de una alternativa.

 

BIBLIOGRAFÍA

01 Banco Central de La República Dominicana. La Deuda Externa Global de la República Dominicana. Banco Central de la República Dominicana. http://www.bancentral.gov.do.
02 Banco Central de la República Dominicana. Boletín Trimestral Octubre-Diciembre 1999.
03 Banco Central de la República Dominicana. Informe Anual de la Economía Dominicana 1999.
04 Centro de Investigación Económica para el Caribe (CIECA). La Deuda Externa de la República Dominicana. Presentado en el Seminario Taller Regional: Análisis de la Deuda Externa de Centro América y el Caribe, y los Nuevos Escenarios Internacionales. CRIES. Managua, Nicaragua. Noviembre 1999.
05 Centro de Investigación Económica para el Caribe (CIECA). Visión Preliminar de la Economía Dominicana. http://www.cieca.org
06 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Balance Preliminar de la Economías de América Latina y El Caribe. Santiago de Chile, 1999.
07 Secretariado Técnico de la Presidencia. Oficina Nacional de Planificación. "Estructura Económica, Funcional y Geográfica del Gasto Público Social en la República Dominicana. Julio del 2000.

[1] Este documento fue preparado por la autora, conjuntamente con el personal del Centro de Investigación Económica para el Caribe, CIECA. Presentado en el Seminario "La Deuda Externa: Análisis de las Nuevas Estrategias y los Avances de la Iniciativa para los Países Pobres muy Endeudados (PPME)" dela Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales, CRIES. Montelimar, Nicaragua. Junio 2000.
[2] La Deuda Externa Global de la República Dominicana. Banco Central de la República Dominicana. http://www.bancentral.gov.do.

[3] Para tener más o menos una idea de la caída de los ingresos del diferencial del petróleo podemos informar que los mismos descendieron, según fuentes oficiales, de unos US$22 millones en mayo del 99 a US$9 millones en mayo 2000.

[4] Esta posición adoptada por el gobierno de turno es entendible desde el punto de vista político. El gobierno del Partido de la Liberación Dominicana no quiere tener que cerrar su gestión con el costo político que significa un nuevo aumento en los combustibles.

[5] Nicaragua, Honduras, y el Salvador representan un 35.6%, 31.9% y 26.5% respectivamente.

[6] Visión del CELAM Frente al Endeudamiento. Foro Virtual de la Deuda Externa. La República Dominicana negoció deudas con el Club de París (1991) y la banca privada (1994) por un monto total de US$2,178 millones, negociaciones que implicaron diferimiento de pagos y reducción de deudas.


LA DEUDA EXTERNA GLOBAL DE REP. DOMINICANA HASTA 1996 (DATOS BANCO CENTRAL -pdf-) (Pulse aquí)

 

Análisis estadístico de la deuda externa. Años 1980 a 2002

Aspectos destacados: La deuda externa de República Dominicana se incrementó aceleradamente entre 1975 y 1990, pasando de 398 millones de dólares a 4.400; posteriormente, se mantuvo a este nivel con pequeñas variaciones interanuales. En el mismo lapso 1975-1990, la deuda per cápita subió de 79 dólares a 615 y, posteriormente, se mantuvo en torno a 500 dólares.

En relación con el PIB, desde 1997 la deuda se ubicó en torno al 20 por ciento; anteriormente, en el año 1990, llegó a 61,8 por ciento. En relación con las exportaciones, desde el año 1997 apenas ha representado el 50 por ciento de las mismas; en 1980 y 1990 se ubicó en cerca de 150 por ciento. Los intereses de la deuda externa de 1994 a 2001 han oscilado, en la mayoría de años, en torno a 200.000 dólares.


 


 

LA REFORMA TRIBUTARIA ES UNA TRAMPA.