GENERAL GREGORIO LUPERON
Nacido
de madre inglesa, la cual emigra a Republica Dominicana, siendo ella
dueña de un colmadito (ventorrillo) da a luz a un varón en el año de
1839, al cual inculcándole los valores del trabajo arduo, siendo El
un vendutero callejero, que bandeja en mano, vendía PIÑONATE, con
solo 14 años, para ayudar al sostenimiento del hogar.
Hablaba el idioma ingles, ya que era
el que se hablaba en la casa, y en conjunto con el idioma español su
horizonte tenia mayor distancia.
Mancebo de carácter fuerte, férreo,
indomable y decidido en sus acciones y convicciones, con alto
concepto del deber, y al trabajo como hombre de bien.
Dichas dotes de responsabilidad y don
de mando, hicieron que fuera admirado por muchos del Pueblo que lo
vio nacer, (PUERTO PLATA), y uno de esos admiradores de sus virtudes
fue el acaudalado comerciante y maderero, señor Pedro Eduardo Dubocq
establecido en la región, el cual lo contrata para que le dirija las
labores de corte de madera que tenia en Jamao, realizando dicha
encomienda a plena cabalidad, aprovechando de igual manera la
facilidad de acceso a la biblioteca del señor Dubocq, (que tenia en
la casa del campo) para su enriquecimiento intelectual, siendo parte
de su educación autodidacta.
Gregorio Luperon, considerado uno de
los más puros y valientes dominicanos de la guerra restauradora,
mostrando con ejemplo de entrega real, con sinceros y excelsos
ideales patrios siendo los más valerosos de la historia Dominicana.
Teniendo apenas veintidós años de edad
se produce la funesta anexión, Gregorio, siente el estado de cosas,
como una daga en su pecho viendo el suelo Dominicano mancillado, y
con extrema decisión decide castigar a los traidores dominicanos que
se atreven en su presencia menospreciar nuestra nacionalidad.
A tanto llego su indignación y coraje,
que montado en cólera, le propina una paliza a uno de estos malos
dominicanos, anexionistas, tras la paliza fue arrestado y conducido
a la cárcel, de la cual se escapo, llegando a Haití buscando refugio
desde donde se traslado a los Estados Unidos de América, regresando
clandestinamente a Republica Dominicana, por Monte Cristi, siendo
participe en el levantamiento de sabaneta en 1863.
Tras la derrota de la insurrección, se
interna en las montañas desde donde busca refugio en la Vega,
clandestinamente fomenta la rebelión.
Después del Grito de Capotillo, se
unió al sitio, de Santiago donde se le dio el comando de un cantón y
poco después elevado al rango de General.
Hombre de una valía y valor
extraordinario, como fue calificado por todos los que lo conocían y
aun los que por solo relatos sabían de su existencia, por su valor
extraordinario descolló, y se distinguió entre sus compañeros, por
su patriotismo a toda prueba y destreza en el combate.
Fue designado jefe superior de
operaciones en la provincia de Santo Domingo por el Gobierno de
Santiago.
Cabe destacar que sus tácticas de
guerra, dieron connotados frutos contra el bien organizado y
disciplinado ejercito español que con superioridad en hombres
pertrechos y armamentos fueron desgastados por las guerras de
guerrillas, desarrolladas contra el poderoso opresor español.
Por los totales
desacuerdos con sus superiores, en el modo de conducción de la
guerra, fue relevado del mando, regresando así a Santiago aceptando
el cargo de Vicepresidente de la junta Gubernativa.
Siendo uno de nuestros guerreros,
nacionalista y patriota a carta cabal, quiero desde esta tribuna
hacer un homenaje a ese hombre Dominicano sin tacha luchador
incansable de la libertad de su pueblo, frenético defensor del ser
Dominicano libre, elevando su vos de protesta en todo momento que la
nacionalidad dominicana, se viese amenazada por anexiones foráneas,
combatiendo intensamente las intenciones de Báez de anexión hasta la
dictadura de Lilis.
Exiliado innumeras veces, habiendo
demostrado que como estadista, aunque provisionalmente tras el
derrocamiento del Gobierno de Cesáreo Guillermo, instalado en Puerto
Plata, realiza un gobierno con una duración de 14 meses, trayendo
Paz, Progreso y libertad al Pueblo Dominicano.
Que más puedo decir de nuestro puro
Dominicano General Gregorio Luperon, guerrero incansable por las
libertades dominicanas, vigilante incansable de los dolosos deseos
de los traidores.
Quiero hoy en este homenaje póstumo no
nombrarlo como hiciera un escritor Dominicano como el centinela de
la frontera sino EL VIGILANTE DE LA DOMINICANIDAD.
QUIERO
AGREGAR, QUE AUN MUERTO, SU IDEAL DE LIBERTAD VIVE EN LOS
DOMINICANOS VERDADEROS, Y QUE NUESTROS ENEMIGOS DE SIEMPRE, TENGAN
POR SEGURO QUE SI INTENTAN SUBYUGARNOS OTRA VEZ, ESTAREMOS PRESTOS A
REPELERLOS UNA Y OTRA VEZ MÁS.
VIVA REPUBLICA DOMINICANA.
DIOS, PATRIA Y LIBERTAD
DIOS BENDIGA NUESTRA PATRIA
Y
A NUESTRO QUERIDO PUEBLO DOMINICANO
por: Dr. Angel García
Miami, Florida USA