Porfirio Rubirosa |
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Cuando estaba cerca, un cigarrillo sin encender
nunca tocaba la boca de una mujer. Esos “dones”
salen a la luz en el libro “El último playboy”,
que ahora llega a España |
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Un don juan.
Rubirosa, un hombre que hizo
historia.
Con Zsa Zsa
Gabor. La actriz Zsa Zsa Gabor nunca
olvidó a su gran amante. Porfirio ya
reinaba en su mundo. Su romance
público con ella, pese a los
matrimonies de ambos con distintos
cónyuges, llenó cientos de paginas
en las revistas.
Un
rompecorazones. Cuentan quienes lo
conocieron que no existe hoy un
playboy como él. Este diplomático
dominicano, protegido de Trujillo,
estuvo casado o fue amante de
algunas de las mujeres más ricas y
hermosas del planeta.
El fin. Tres
meses después de un crucero con el
naviero Stavros Niarcho, en mayo de
1965, tomó las llaves de su Ferrari
descapotable y enfiló por la avenida
de los bosques de Boulogne. El
choque a causa del que murió ocurrió
a las 8 de la mañana. |
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La figura del "carismático,
pendenciero y vividor" dominicano Porfirio Rubirosa es
rescatada por el escritor Jaime Royo-Villanova en “El
último playboy”, una biografía novelada que repasa sus
vivencias en el París de los años 20 y sus amores con
actrices como Ava Gardner o Verónica Lake.
Cautivado por la excepcional personalidad de Rubirosa,
el escritor español, de 35 años, se decanta en esta obra
por el género de la novela, ya que considera que es la "mejor
puerta" para el entretenimiento que, además, permite "retratar
a un hombre, pero también a toda una época".
Buscavidas en las callejuelas de Santo Domingo y París,
Porfirio Rubirosa llegó a situarse en lo más alto de la
"jet set" internacional gracias a sus dotes de seductor.
“Sabía combinar perfectamente su faceta de pillo, de
chico de la calle, con el manejo de los códigos de la
alta sociedad", dijo Royo-Villanova en entrevista con
EFE.
Boxeador, piloto de aviones, corredor de Fórmula 1,
jugador de polo o buscador de tesoros, Rubirosa -que
conoció su años dorados en los 50- mantuvo su código
moral hasta la muerte.
Porque, como explicó el escritor, pese a que "se amó a
sí mismo por encima de todo", consideraba la amistad
como algo sagrado y siempre se mostró tal cual era, sin
engañar a nadie.
"Aunque fue un canalla, siempre trató a las mujeres como
si fueran las únicas del mundo", afirmó Royo-Villanova,
para añadir que una muestra de su "carisma y modales" es
que "ninguna de las mujeres con las que tuvo relación
habló jamás mal de él".
Amante de Ava Gardner, Jane Mansfield o Verónica Lake, y
casado en cinco ocasiones, Rubirosa concebía el amor
como "una cuestión de instantes" y el sexo, como una
competición, en la que su disfrute se basaba en cuanto
hiciera gozar a la mujer, indicó el autor.
De las cualidades que más sorprendieron al escritor al
ahondar en el personaje fue su "amor por la vida" y su "caballerosidad
medieval", que junto al conocimiento de idiomas y al
dominio de los protocolos sociales, consideraba
fundamentales.
El escritor y periodista señaló que, aunque intenta ser
imparcial en la descripción del "playboy" dominicano, ya
que "sus defectos saltan a la luz", busca que el lector
se enamore y perdone al personaje. Esa es su gran magia.
Rubirosa: una vida intensa, una leyenda
En vida, Porfirio Rubirosa jugó polo, piloteó
bombarderos B-25, corrió ferraris en Le Mans, y buscó
tesoros perdidos en el Caribe. Pero fue su éxito con el
bello sexo que lo convirtió en una leyenda.
Sus conquistas incluyeron a Eva Perón, Ava Gardner,
Jayne Mansfield, Verónica Lake y Dolores del Río. La
cuenta final nunca se sabrá.
Un amigo confirma que Rubi, quien se casó con las dos
mujeres más ricas del mundo una detrás de la otra, Doris
Duke y Barbara Hutton, durmió con “miles de mujeres"
mientras vivía en París en los 50 y 60. Toda una leyenda.
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